Recuerde: Los resultados dependen de la práctica constante.

triste niño con dislexia sosteniendo un lápiz y psicólogo infantil en el fondo

Preocupaciones invisibles: Cómo reconocer y tratar la ansiedad subclínica en su hijo

La ansiedad infantil suele pasar desapercibida. Aprenda a detectar los signos sutiles de la ansiedad subclínica y apoye el crecimiento emocional de su hijo.

Por Dr. Mooves A&D Compartir
16 de agosto de 2024 Compartir

La ansiedad en los niños no siempre es evidente. De hecho, muchos niños experimentan ansiedad de formas que los padres pueden pasar por alto o de las que no son conscientes, especialmente cuando los signos son sutiles o parecen aparecer y desaparecer. Es lo que se conoce como ansiedad subclínica, una forma de ansiedad que puede no cumplir todos los criterios para un diagnóstico, pero que puede afectar significativamente al bienestar del niño.

Lo que hace que la ansiedad subclínica sea especialmente difícil de identificar es que a menudo se manifiesta de formas que no solemos asociar con la ansiedad. Por ejemplo, es posible que los niños con ansiedad subclínica no expresen sus preocupaciones directamente, sino que muestren determinados comportamientos o molestias físicas. Puede que note que su hijo duda a la hora de participar en actividades de grupo, que se queja con frecuencia de dolores de estómago o de cabeza, o que le cuesta dormir a pesar de tener una rutina regular a la hora de acostarse. Pueden parecer incidentes aislados o parte del crecimiento, pero para algunos niños son indicadores precoces de ansiedad.

La ansiedad subclínica también puede manifestarse en sentimientos más interiorizados que los niños tal vez no comuniquen directamente. Pueden pensar cosas como: "Sentí miedo de salir solo", "Sentí preocupación por algo pero no sabía qué" o "Sentí miedo sin motivo". Estos pensamientos pueden crear una sensación persistente de malestar, que puede dar lugar a conductas de evitación o respuestas emocionales inexplicables, como retirarse de las situaciones sociales o alterarse con más facilidad de lo habitual.

El problema fundamental de la ansiedad subclínica es que, con el tiempo, puede erosionar silenciosamente la sensación de confianza y bienestar del niño. Los niños de entre 5 y 12 años, a menudo en la fase de latencia del desarrollo, se encuentran en un periodo crucial de crecimiento emocional. Durante esta fase, los niños están aprendiendo a desenvolverse en complejas interacciones sociales, a gestionar sus responsabilidades escolares y a dar sentido a sus emociones. La ansiedad, incluso en su forma subclínica, puede perturbar este proceso e impedir que los niños prosperen plenamente.

Muchos padres se preguntan por qué su hijo, aparentemente sano, está ansioso. Es importante reconocer que la ansiedad es una parte normal del desarrollo; de hecho, la mayoría de los niños experimentan ansiedad en algún momento. Sin embargo, si no se controla, incluso una ansiedad leve puede interferir en la capacidad del niño para entablar amistades, concentrarse en la escuela y participar en actividades que antes disfrutaba. Cuando los padres se dan cuenta de que algo va mal, la ansiedad puede haber echado ya raíces.

Las investigaciones sugieren que 1 de cada 4 niños experimenta algún tipo de ansiedad, pero a menudo no se aborda porque los signos no son tan perturbadores o alarmantes como esperamos. Sin embargo, el impacto a largo plazo puede ser significativo y afectar a la resistencia emocional y al desarrollo cognitivo del niño. Por eso es tan importante abordar pronto la ansiedad subclínica, antes de que se agrave.

La intervención temprana no significa terapia intensiva ni medicación. De hecho, una de las formas más eficaces de ayudar a los niños a controlar su ansiedad es enseñarles las habilidades cognitivas que necesitan para comprender y controlar sus emociones. Aquí es donde la aplicación Dr. Mooves A&D puede marcar la diferencia. Nuestra aplicación utiliza rutinas basadas en el baile para implicar a los niños de forma divertida e interactiva, a la vez que les ayuda a desarrollar habilidades como el control inhibitorio, la memoria de trabajo y la conmutación de la atención. Estas habilidades cognitivas son cruciales para controlar la ansiedad, ya que ayudan a los niños a regular sus emociones, centrarse en las tareas y mantener la calma en situaciones difíciles.

Mediante el uso regular de la aplicación, los niños no sólo disfrutan bailando, sino que también desarrollan la resiliencia mental que necesitan para afrontar los retos cotidianos. Cuanto antes aprendan estas habilidades, más probabilidades tendrán de convertirse en personas seguras de sí mismas y emocionalmente sanas.

Como padres, es natural querer lo mejor para nuestros hijos, y reconocer los signos de ansiedad subclínica es el primer paso para apoyar su salud emocional a largo plazo. Si la abordas a tiempo, estarás dando a tu hijo las herramientas que necesita para prosperar, tanto ahora como en el futuro.

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